El capítulo 3 de Estudio en escarlata, titulado "El misterio del jardín de Lauriston", es un punto de inflexión en la narrativa, pues introduce la primera gran escena del crimen en la historia de Sherlock Holmes. Hasta este momento, el relato ha girado en torno a la convivencia inicial entre Holmes y Watson, con el médico aún intentando descifrar la enigmática personalidad de su nuevo compañero, este capítulo se da a conocer el escenario donde Watson, presencia por primera vez la genialidad de su compañero.
Más allá
de ser un simple caso de asesinato, este episodio inaugura el método Holmes en
toda su magnitud: la observación lógica y la deducción meticulosa. A partir de
aquí, la historia deja atrás la introducción y se sumerge en el verdadero
misterio que será el eje central de la obra.
Sherlock
Holmes recibe un mensaje del inspector Gregson, un detective muy reconocido en
su época, quien le informa sobre un asesinato en el Jardín Lauriston,
Holmes se muestra entusiasmado ya que el mismo decía que ya no quedaban
criminales per esto le parecía verdaderamente interesante, con su energía característica,
decide acudir de inmediato al lugar de los hechos, acompañado por Watson, que,
aunque escéptico, se siente intrigado por el enigma.
Antes
llegar a la casa que le indico el detective Gregson, bajaron del coche a unos
metro de la casa, ahí se demuestra la habilidad lógica de Holmes, pues quería
saber si no habría más pistas de camino, ya una vez llegando a la casa, se
encuentran con una escena impactante: el cadáver de un hombre yace en el suelo
de una habitación sin muebles. Su identidad es revelada como Enoch J.
Drebber, y lo más inquietante es que su cuerpo no muestra signos de
violencia visibles, pero su rostro petrificado en una mueca de horror insinúa
que su muerte no fue natural.
En la
enorme habitación se ven pistas clave para resolver este caso:
- La palabra "RACHE"
escrita con sangre en la pared.
- Un anillo de mujer
encontrado cerca del cuerpo.
- Huellas en la habitación que
sugieren que hubo otra persona presente.
- La ausencia de heridas
físicas que expliquen la causa de la muerte.
Mientras
los inspectores Gregson y Lestrade divagan sobre teorías inconsistentes, Holmes
examina los detalles con precisión quirúrgica. Su rápida conclusión es que
"RACHE" no es el nombre de una persona, como suponen los policías, sino
la palabra alemana "venganza", además, deduce rasgos del asesino con
base en las huellas y la disposición del cadáver, esto impresiona a todos los
presentes.
Este
capítulo es muy interesante ya que deja muy en claro, que Holmes opera en un
nivel intelectual muy por encima de sus colegas de Scotland Yard.
Sherlock Holmes
Este
capítulo muestra una vez mas que Holmes tiene una gran capacidad para observar
lo imperceptible, su rapidez mental y su seguridad en sí mismo lo distinguen de
inmediato de los demás. Se muestra enérgico y condescendiente con los
inspectores, cuya incompetencia no deja de divertirle. No solo resuelve
cuestiones que confunden a la policía, sino que también disfruta demostrándolo.
Su razonamiento es un espectáculo que asombra a Watson quien al principio se
mostraba escéptico por su habilidades deductivas.
Además,
su personalidad excéntrica se hace evidente. Mientras que para otros la escena
del crimen es un espectáculo macabro, para Holmes es un rompecabezas
fascinante, un enigma que espera ser resuelto con la precisión de un relojero.
Dr. John Watson
Su
asombro y desconcierto ante las habilidades de Holmes reflejan la incredulidad
natural de cualquier persona expuesta a semejante despliegue de inteligencia.
Hasta ahora, solo ha oído hablar del talento de su compañero; ahora lo
presencia en acción y no puede evitar sentirse a la vez impresionado y
desconcertado.
Como
narrador, Watson cumple un papel crucial: su perspectiva permite que la
complejidad del pensamiento de Holmes se revele de manera accesible al público.
Sus preguntas y dudas funcionan como un puente entre el lector y la mente del
detective.
Inspectores Gregson y Lestrade
Ambos
representan a la policía tradicional: bien intencionados pero limitados.
Gregson es metódico y serio, mientras que Lestrade es impulsivo y temerario.
Ninguno de los dos es particularmente brillante, lo que les convierte en
perfectos contrastes para Holmes. Su incapacidad para ver más allá de las
apariencias resalta la agudeza del detective y refuerza la idea de que su
enfoque racional es el camino correcto para resolver crímenes, pues se apegan a
las normas y reglamentos preinscritos, cosa que Holmes no hace va más allánn.
El
capítulo 3 de Estudio en escarlata es un pilar fundamental dentro de la
obra, pues introduce la estructura clásica del relato policial: un crimen
misterioso, pistas desconcertantes y un detective que ve más allá de lo
evidente.
A través
de esta lectura ágil y envolvente, Conan Doyle no solo nos sumerge en el
misterio, sino que nos presenta a uno de los personajes más icónicos de la
literatura: Sherlock Holmes. Su intelecto brillante, su actitud irreverente y
su capacidad de deducción nos cautivan desde el primer momento. A partir de
este capítulo, el que este leyendo su obra se hace participe de las
investigaciones de Holmes,
Este
episodio no solo sienta las bases de la novela, sino que también define el tono
y estilo que convertirían a las historias de Sherlock Holmes en un referente
del género policial.
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